15 de agosto de 2012

Y todos se dedican a resolver conflictos en la ''play'', cuando los más importantes surgen cuando apagan el aparato, ahí fuera

Me siento como si hubiera tomado la pócima empequeñecedora de Alicia en el País de las Maravillas, o tal vez le hubiera dado un mordisco con ganas a la manzana de Blancanieves. Sea como sea, esto es el mundo real. Aquí no hay cuentos que finalizan con los protagonistas comiendo perdices; aquí hay 3x2 y ofertas, y problemas para llegar a fin de mes. Probablemente ni Gepetto, habría creado a Pinocho,
ni Cenicienta calzaría zapatos de cristal, la historia sería distinta con zapatos de plastico. Heydi no podría correr por los valles que están siendo víctimas de talas masivas e incendios provocados, ni la Sirenita podría surcar los mares sorteando la basura y los líquidos nocivos que se vierten a los océanos. A los niños de hoy en día ya no se les asusta con el ''que viene el cuco'', ni les afectaría el fin de la serie de Doraemon; no. Hoy, lo que más les preocupa es tener el celular bien cargadito y con cobertura para poder mandar ''What'sapp'' a alguien a quien probablemente ni saludan por la calle. Hoy, nos hacemos mil cuentas que nos encubren la personalidad, cuando deberíamos abrir una en una vieja red social llamada ''VIDA''. Y todos se dedican a resolver conflictos en la ''play'', cuando los más importantes surgen cuando apagan el aparato, ahí fuera.